«No va más», el libro sobre el infierno ludópata de Cayetano tuvo su décimo encuentro

Nora, la madre de Cayetano, se sumó al encuentro entre su hijo y el escritor Mauro Libertella y contó cómo fue acompañarlo durante el proceso de recuperación.

Como ya contaron otros familiares de Cayetano en streaming anteriores, la suya era una familia que solía ir al Casino. Nadie era jugador pero acostumbraban a ir como una actividad recreativa. 

Nora, la madre de Cayetano, que vino a conversar sobre el pasado de su hijo, compartió con Mauro Libertella, escritor que toma nota de todo para transformar cada anécdota en el libro «No va más», un recuerdo particular, anterior a enterarse de la ludopatía del periodista. 

En un viaje de trabajo que hicieron en familia —Cayetano, Cayetina, Nora y el padre—, ante las invitaciones de Nora para recorrer Bogotá, siempre recibía de Cayetano una excusa distinta: «Estoy cansado» o «No tengo ganas». Frente a esas situaciones, ella nunca sospechó que el hijo en realidad se quedaba apostando desde el celular. 

Recién cuando Cayetano les confesó la verdad, unieron los cabos sueltos. 

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«No te acerqués nunca más a mi hijo»

Cuando Cayetano ya había ingresado a Jugadores Anónimos, Nora lo acompañaba dos veces por semana a las reuniones de grupo. Esos encuentros se dividían en dos partes: por un lado, estaba la sala en la que se reunían los que sufrían la adicción; y en otra, los familiares que los acompañaban, charlando y ayudándose entre todos.

Además, Nora contó que lo primero que tuvieron que hacer cuando se enteraron del estado de Cayetano fue saldar las deudas. Les debía dinero a unos prestamistas que lo financiaban. Nora, que «los quería matar», contó que si bien fue el papá de Cayetano a negociar con el sujeto y ella a distancia era la encargada de pagarle, llegó a decirle que nunca más se acercara a su hijo, que lo deje en paz.  

Del infierno se sale en grupo

Durante todo el proceso, Nora hizo un gran trabajo para volver a confiar en su hijo y en que no tendría una recaída. Pero también dijo, frente a Mauro y Cayetano, que a veces sigue estando alerta, atenta a que su hijo esté bien. Por ejemplo contó que, al principio, cuando recién empezaba el camino de recuperación, en su casa estaba prohibida la palabra juego. 

Cayetano dejó en claro que no hubiera podido salir de ese mundo vicioso si no hubiera sido por el apoyo de su familia. También, que se sintió muy acompañado cuando contó lo que estaba atravesando en el programa «Perros de la calle»; que la cantidad de mensajes positivos que recibió lo hicieron sentirse menos solo. 


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