Mauro Libertella y Cayetano vivieron una reunión especial: las hermanas del periodista los visitaron para contar cómo la pasaron ellas durante los años en que Cayetano fue adicto al juego, qué sintieron y qué decisiones familiares tuvieron que tomar.
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Julieta y Camila, las hermanas de Cayetano, nos visitaron en nuestra casa de Serrano para contarnos su experiencia cuando se enteraron de que el periodista era adicto al juego. Lo primero que dejaron en claro fue que jamás se enojaron con él. Aunque sí sintieron miedo durante las negociaciones que sus padres hacían con la gente a la que le debían plata, porque imaginaban que podía ser gente pesada.
Julieta, incluso, se ocupó personalmente de saldar una deuda chica y si bien contó que no la presionaron, la tensión y el miedo cortaban el aire. En esa época, que ambos hermanos trabajaban en el programa «Perros de la calle», Julieta contó que decidió renunciar porque, sumando a otras cuestiones, había empezando a obsesionarse con estar todo el tiempo pendiente de qué hacía Cayetano con el celular o la computadora. No podía dejar de fijarse si su hermano estaba apostando online.
También nos revelaron que Nicolás es el preferido de la familia: tema que atraviese a Cayetano, atraviesa a la familia entera. Cuando se enteraron de la adicción, actuaron en conjunto, todos se hicieron cargo del problema y decidieron ayudar. El periodista reconoció que fue así porque la adicción fue parte de su vida entre 15 y 20 años.
Julieta y Camila contaron que parte importante del proceso de ayudar a Cayetano no fue solamente liquidar las deudas, sino sobre todo acompañarlo en las reuniones de Jugadores Anónimos y con la terapeuta. Fue fundamental la participación familiar para que Cayetano empezara el camino de recuperación.
Además, Nicolás volvió a remarcar que esa es una de las razones principales por las que disfrutar de hacer este libro: ayudar a cualquier persona que esté en una situación similar y necesite un empujón para afrontar el problema.
Vas a poder participar de reuniones, sorteos, streamings, ficciones sonoras, concursos y, sobre todo, la experiencia única de contar historias sin nadie en el medio.